La disrupción de la Inteligencia Artificial: un viaje al pasado para descifrar la ruta de transformación corporativa.

Equipo Sofka
6 septiembre, 2022
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Inteligencia Artificial
Por Fernando Mato

La adopción de tecnología sin un cambio de paradigma en la cultura empresarial no funciona. La tercera revolución industrial, por ejemplo, nos condujo a transformarnos desde lo analógico a lo digital. Desde este enfoque, la inteligencia artificial (IA) nos trae un cambio de paradigma disruptivo, quizá el más revolucionario que hayamos vivido nunca como humanidad, y es su habilidad de aprendizaje automático a través de la observación.

¿Por qué? Porque a través de esta habilidad y su enorme capacidad para procesar información la AI está cambiando la forma actual y futura de entender los negocios. La clave principal, por tanto, recae en comprender cómo esta IA percibe nuestro mundo y a nosotros mismos. El porqué nos lo aporta la experiencia de haber vivido otros cambios tecnológicos recientes, y cómo sólo empresas visionarias los supieron aprovechar.

Corrían los años 90 cuando pocos creían que significaría el fin de una leyenda, aquellas máquinas de escribir que durante décadas se habían ganado un espacio dorado en la nómina de las compañías. Parece que fue ayer cuando esto sucedió… desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos mientras veíamos – por capítulos – las posibilidades que abría a los negocios el mundo de la computación. No solo disponíamos ya de un procesador de texto mucho más eficiente y con mayor potencial, sino que podíamos también hacer análisis descriptivos y prospectivos de los datos a través de una hoja de cálculo, y con ello trabajar KPIs que mejorasen nuestro ROI.

Pero perdimos el foco principal: lo que esperaban de nosotros los clientes. Con la digitalización, paulatinamente empresas emblemáticas que formaban parte de nuestro día a día dejaban de existir, como Kodak o Blockbuster. Con la llegada de la comunicación inalámbrica, otras muchas corporaciones – habiendo liderado el mercado de la tecnología – recibirían un duro revés años después, como le sucedió a Nokia o BlackBerry. En todos los casos, la causa principal fue la misma: enfocarse en desarrollar productos y servicios para buscar mercado en lugar de enfocarse en el mercado para detectar oportunidades de desarrollo de productos y servicios.

Y es ahí donde esta vez la IA se volverá implacable. El juego ha cambiado, y el paradigma que nos trae esta tecnología es radicalmente disruptivo, principalmente desde el procesamiento de información desde nuevas capacidades de aprendizaje que dejará atrás la Inteligencia de Negocios tal como la entendemos hoy, de la misma forma que el computador dejó atrás la máquina de escribir. Pero esta vez se requieren mayores cambios a nivel corporativo: arquitecturas y culturas empresariales líquidas capaces de flexibilizar cognitivamente la adaptación al cambio.

La Inteligencia Artificial es hoy una tecnología revolucionaria, de facto es el principal motor de la cuarta revolución industrial. Es el motor de extracción de información capaz de agregar ventaja comparativa a través de un conocimiento profundo de la tecnología subyacente. Esta necesidad requiere ya, por esta razón, de nuevas capacidades de liderazgo y visión, a cargo de equipos expertos multidisciplinares y pensamiento out-of-the-box.  Visionarios capaces de transformar infraestructuras, y generar nuevas oportunidades y modelos de negocio en sinergia con la IA, que logren posicionar a las empresas a la vanguardia de un nuevo mercado global en construcción. Debido a la escasez de este recurso y las necesidades que involucra este área de conocimiento, deberán buscarse alianzas estratégicas con empresas que provean este complejo servicio, como ya se está evidenciando en Europa y EEUU.

El desarrollo exponencial de la IA ha permeado ya todos los segmentos de negocio volviéndose inabarcable en el momento actual poder detallar cada ámbito en el que está agregando valor. Desarrollos como Amazon Go, Tesla Autopilot, o Boston Dynamics’ Handle son solo algunos ejemplos de este nuevo mercado global que se está construyendo, y que en esta década logrará desbancar al tradicional. Nos hemos acostumbrado, sin embargo, a movernos al ritmo de las tendencias tecnológicas para su adopción, dificultando poder ver la profundidad y rapidez del cambio disruptivo que trae la cuarta revolución industrial a través de la inteligencia artificial. No lleguemos tarde esta vez, porque el precio a pagar será muy alto.

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