En el año 2002 nació Ley Sarbanes-Oxley a la Reforma de la Contabilidad Pública de Empresas y de Protección al Inversionista, conocida como SOX, SarbOx o SOA.1.
La Ley SOX surge por la crisis en la bolsa de valores de los Estados Unidos, que se dio cuenta que las empresas debían ser totalmente ciertas en la declaración de sus estados financieros.
Y desde su aparición, la certificación en esta Ley permite cotizar en la bolsa de valores, garantizando que los reportes sean correctos y obligando a las empresas a fortalecer sus sistemas de control interno.
Tranquilidad para el inversionista
Una de las mayores utilidades de esta Ley, ha sido la de permitir que los inversionistas conozcan las cifras correctas para entender en qué compañías invertir o en cuales no, además, ayuda a que las empresas tengan más controles para evitar fraudes.
Así mismo, la Ley SOX muestra sanciones penales por violar las leyes de valores y modificó las normativas relacionadas con la regulación de la seguridad de la información. Hasta el surgimiento de la Ley, solo se contaba con la Ley de Intercambio de Valores de 1933.
Beneficios comprobados
Adicionales a los ya mencionados hasta aquí, se puede afirmar que la Ley SOX brinda un soporte legal al sistema de control interno de cada empresa que participa en la bolsa de valores.
Protege la calidad de la información necesaria para los inversionistas y exige protocolos de autenticación para el almacenamiento y recuperación de la información, protegiendo también a los empleados y contratistas, frente a cualquier reclamación.
En resumen, la importancia de esta Ley para las empresas es lograr una competencia más sana y libre de toda manipulación de información, obligando a las organizaciones a evolucionar sus procesos para hacerlos más confiables y seguros.
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