Siempre que hablamos de tecnología, hablamos de un avance que no parece tener fin, aunque suene aterrador en cierta parte, también es esperanzador y desafiante pensar en todo lo que somos capaces de materializar; vale la pena decir que muchas de las cosas que actualmente hacen parte de nuestra cotidianidad, algunos años atrás eran producto de la imaginación, como el celular, los asistentes inteligentes, las conexiones inalámbricas o hasta el mismo internet.
Nuestra naturaleza humana y en general la vida que conocemos, nos obliga a estar buscando de manera ininterrumpida la transformación y la mejora continua. Adaptarse ágilmente al cambio es hoy en día una necesidad imperativa, y con la tecnología el cuento va por el mismo lado; que más evidencia se necesita cuando acabamos de salir de un lapso que tuvo una orientación perpendicular a la realidad que llevábamos viviendo como lo fue la pandemia, y fue ella misma la que impulsó procesos de innovación y desarrollo tecnológico de tal manera que pasó de tener un rol secundario, a convertirse en protagonista.
A manera de cercanía hacía ustedes lectores, les cuento que me encanta el hecho de ser sorprendido por la tecnología, y fue este sentimiento el que me llevó a estudiar y graduarme como Ingeniero Mecatrónico, sin embargo, finalicé mis estudios justo en el periodo de pandemia y las ilusiones con las que salí de la universidad se fueron agotando, al ver cómo se me cerraban puertas y sentir que no cumpliría con las expectativas profesionales que buscaban las empresas en esos días.
No obstante, tenía claro el deseo de trabajar en algo que me permitiera ayudar a la gente de cualquier manera y sin llegarlo a pensar, cuando menos lo esperaba, se abrió una luz en medio de tanta confusión; comencé a escribir mi historia donde el principal reto fue poner a prueba mis conocimientos, investigar un poco más con el fin de alinear esfuerzos para suministrar soluciones rápidas a las organizaciones; de modo que pudiera apoyar esas labores altamente operativas y repetitivas que se deben ejecutar pero, que consumen un alto porcentaje de los equipos y que imposibilitan que todo esfuerzos sean dirigidos a actividades que aportan mayor impacto dentro de la operación; y así fue como conocí un día la automatización robótica de procesos “RPA”.
RPA, tal vez si no lo tienen muy presente, es una de las tecnologías crecientes en los últimos años, la cual está enfocada en mejorar la velocidad, la calidad y la productividad en la ejecución de procesos, a la vez que permite procesar muchos datos en poco tiempo, todo mediante la automatización. Es el reflejo ferviente de “no trabajes duro, trabaja inteligente” y trae ligado a su nombre las premisas de ahorro de tiempo y dinero.
Poco a poco, a medida que me fui adentrando en esta área, me di cuenta de la necesidad de realizar automatizaciones y que con la ayuda de un robot de RPA, podría promover la resiliencia y adaptabilidad necesarias para superar los desafíos tecnológicos actuales y futuros. De la misma manera, con RPA ayudaría a que las personas dejaran de preocuparse por tareas rutinarias y tal vez así se podrían enfocar en cosas más importantes como el cuidado de su salud, pasar tiempo con sus familias y hasta comenzar a aumentar su salario emocional.
En definitiva, con RPA y la automatización de procesos descubrí el equilibrio perfecto entre mi fascinación hacia la tecnología y mi objetivo profesional que es poder ayudar a las personas, en pocas palabras encontré el medio de cumplir mi propósito. A manera de conclusión, les invito a que se den la oportunidad de descubrir este mundo como yo lo estoy haciendo, denle una oportunidad en sus proyectos de desarrollo y van a ver como esta maravillosa tecnología los va a sorprender.